Visión Micromacro

Hace unos días levanté mi cara para contemplar el azul profundo del cielo cuando me percaté de un extraño fenómeno: Había un Micromacroespejo, que fue colocado en el cielo, y al postrar mi mirada en el me di cuenta de varias cosas. En un principio, el macroespejo era macro por que permitía ver todo en él, en tan sólo el poco espacio de la vista, pero era micro porque el tiempo era muy corto y muchas cosas pasaban en él. Es decir, para clarificar la idea, este macroespejo colocado en una nube permitía en el pequeño ángulo de visibilidad humana observar más cosas espaciales de las que normalmente se verían directamente, sin embargo todo en el se veía en inusitada rapidez, como si el tiempo volara. Yo sé que era un espejo y no una ventana a otra dimensión o alguna jaladez similar porque alguien que no puedo decir, me lo dijo.

Bueno, pues, no obstante que dicho artefacto a kilómetros de distancia era impresionante, me resultó mucho más impresionante lo que reflejaba. Fíjense que yo sospecho que reflejaba algunos humanos en algún remoto lugar, solo que estos humanos que no diferían en lo esencial con nosotros, si diferian en que parecía que su medio era acuático pues vivían en un inmenso, inmenso río (a lo largo y a lo ancho). En un principio, habitaban en las alturas del rio, pero con el tiempo iban poco a poco decendiendo, aunque no creo que se dieran cuenta pues el rio era levemente distinto en todas sus partes. Estos humanos, de la observación de sus orillas crearon Dioses, y de los limites del fondo y de la superficie instauraron lo bueno y lo malo, estudiaron los sedimentos y los limites del mundo y como a eso de la mitad de su transcurso por el rio, se encontraron con muchas rocas, lo que los llevó a crear herramientas para destrozarlas y estudiaron sus sedimentos, crearon así la ciencia, y en un haz de sabiduría encontraron que si mucho había cambiado, mucho podría volver a cambiar, parecía que de repente las cosas se les avecinaban (ellos no se daban cuenta q mas bien eran ellos quienes se movían). Se encontraron con una que otra roca en el camino, aveces unas muy grandes, sin embargo, cuando la inseguridad afloraba, el egoismo y los sentimientos natos de supervivencia también, la pesadez y el pesimismo también, pero nunca lo suficiente.

Un buen día, (bueno, esto lo infiero, en el micromacroespejo fue al cabo de minutos) dichos humanitos llegaron al final del rio, y entraron de bruces al oceano, dicho cambio, ampliación de fondo, de moral, sin orillas y dioses a los que mirar, sin tan solo rocas o una que otra hiervilla, sino ahora con enormes corales y con animales salvajes, todo terrible para algunos, todo un maremoto de egoismo, supervivencia e inseguridad. El 90% de los humanos se convirtieron en algo parecido a los precedentes animales del océano, sin embargo un último 10% no se vió afectado pro la inseguridad y la impotencia de ocupar su razón o encontrarla obsoleta ahora, no se volvieron salvajes, mas bien nadaron para distintas direcciones, con una sonrisa en el rostro, animados por el descubrimiento, por el amenazador revelamiento del mundo no pedido, dispuestos a dominarlo, voluntariosos y poderosos, guerreros solitarios del azúl más profundo.

Y entonces, el espejo se quebró.

(8) Quiero conocerte cambiarías un poquito de mi suerte,
sigue la corriente el impulso de tu piel nunca te miente.
El disco de mi mente se resienet con tu corazón
el disco de tu corazón!(8)



ES Miranda mI amor!