Kids.
Desde hace algunos años reflexiono varias de las acciones que mis padres decidieron sobre mi vida y sus consecuencias, así como compruebo que en el mundo contemporáneo siguieran siendo valiosas, con el fin de afianzar en mi pensamiento consciente, hacer notas mentales, de como formar a mi hijo. Me choca la palabra "educar" y de hecho "formar" no esta muy alejada, pero pues algo se tiene que hacer, invariablemente es imposible no depositar la huella de tu persona en tus hijos, pero mi objetivo es que mi huella sea mínima, y si lo es, solo lo sea para cosas que si bien lejos de tener valor universal, le sirvan para que su vida le sirva para ser feliz y para que sus semejantes le regalen un aprecio mas o menos sincero, por quien es.
Mi fascinación viene, por que creo que los niños son el animalito perfecto, definitivamente, están 90% abiertos al mundo, a la felicidad, a la vida, algunos más, algunos menos: eso depende de los padres y en algunos casos de menor felicidad, por accidentes que lo son por como los interpretan así los padres.
Ser niño es fabuloso, yo considero que fui un niño feliz, aunque no era un niño callado, calmado, y muy obediente, tampoco fui jamás para mis papás un niño problema (para la escuela, claro q si... pero gracias a que mss papás no creían en esas pendejadas ahora soy mucho más prometedor, feliz y valioso que muchos de los que terminan por dar por vencidos sus sueños gracias a la escuela), pero considero, que de lo más fabuloso de ser niño, lo más vivaz, lo más peligroso, y lo más genial, lo más artístico, sublime, increible, inhumano es definitivamente hacer travesuras.
Hacer travesuras es un arte, es definitivamente la expresión más alta, creativa, original y vivencial que el ser humano pueda tener, y a quien no la sufre no puede más que generarle lo que toda obra de arte debería generar: la risa.
Yo se que hay obras de arte de seres humanos complejos y adultos que provocan todo lo contrario: el llanto, y q se les considera arte, para mí, eso tiene su valor, pero definitivamente nada como algo tan fabuloso que te descontrole psicosomaticamente en un desborde de ilaridad.
Recuerdo, haber hecho en mi casa una travesura cuando niño: cuando la hice fue tan simple, tan tonta: mojar de aceite una bola de ropa.... pero al hacerla recuerdo haber reflexionado lo increible que se sentía, y además, que nunca lo hacía, que nunca lo había hecho, que en realidad era muy bueno :), y que si bien no era algo que iba a hacer todo el tiempo, fue ahí cuando me percaté del inmenso poder, sin fronteras ni límites creativos, que ostentaba.
Todos los adultos deberíamos hacer travesuras más seguido.
3 comentarios:
quiero que seas de nuevo mi compañero escolar :(
a mi me estresssaaaaaan los infantes.... jo..
creo que todos llevamos un niño adentro, sólo no sabemos sacarlo a flote, más bien con el paso del tiempo lo enterramos, ser niño uff increíble, saludos.
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