Tiempo.

No hay intuición pura más falsa que el tiempo: no por q no sea trascendental, sino por que yo la estoy perdiendo.

El tiempo nos hace viejos, pareciera que es realidad ese supuesto de -insértese nombre de algún filósofo q no recuerdo como se llama- que el tiempo ya lo es todo y nosotros solo percibimos un instante contínuo de él: aún cuando nuestro destino lo conozcamos o no (no lo tomo como nuestro en sentido simplemente subjetivo sino fuzzyontologicosubjetivo), ya esté escrito: no hay determinismo, si está escrito, nadie lo sabe! q importa! solo en debates teológicos esto cobra importancia.

Bueno, lo estoy perdiendo, entre otras cosas me he dado cuenta que yo no tengo edad, soy tan infantil como sagaz, tan maduro como impertinente, y tan desinteresado de esas cosas. Vivimos como si nos importara el tiempo, o más bien, como si debiera ser algo que importara: herencia sajona. El tiempo para mi no es más dinero, no voy a saber más después que hoy, ni se más hoy que después, no voy a planificar un futuro que no he comprado, ni me encadenaré al pasado, cada segundo cambio, cada segundo mi nombre es otro, cada momento me regenero, cada momento me pierdo a mi mismo.

Herencia y necesidad lingüística o legitima relevancia ontológica, nada va a hacer que yo no pueda vivir en un engaño, y si soy tan hábil para tejer el engaño volverlo realidad: theres no time.